Ciencia y surf unidos para limpiar microplastics las costas españolas

Ciencia y surf unidos para limpiar microplastics las costas españolas

Con el verano asentado e iniciada una nueva temporada temporada de playa, es un momento pararse en la orilla del mar y fijarse en cómo están las aguas. Posiblemente, a primera vista, parecerá que no hay nada y, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los Océanos se enfrentan a un serio problema por el exceso de microplásticos y, que no podemos verlos a simple vista, no quiere decir que no están ahí. Un grupo de científicos y surfistas trabajan ahora de forma conjunta para hacerlos visibles en Surfing For Science.

“Empezamos en 2018 con un trabajo de fin de grado”, señala Oriol Uviedo, de la Universidad de Barcelona y coordinador del proyecto Surfing For Science. Elsa Camins desarrolló una red “fácil de usar y barata” que permitía recoger muestras en el agua del mar en las zonas en las que los barcos qu’habitualmente lo hacen no se adentran.

Así, tenían la tecnología para poder medir qué ocurre en las playas para acceder a información que se escapa cuando se mide qué pasa en las aguas marinas. Los grandes barcos no solo no pueden estar haciendo batidas para recogger muestras de ma constante, sino que tampoco pueden adentrarse en las aguas más cercanas a la propia costa, esas que los bañistas conocen de primera mano.

Pero tener la red abre nuevas oportunidades: sumar a los surfers agrega a los muy necesarios operarios que se encargarán de compilar esas muestras de agua marina. Para estos deportistas marinos, la calidad del agua es una fecha importante, porque, como recuerda María Ballesteros, responsable de Educación y Voluntariado en Surfrider España, “solo sabemos cómo está en la época de verano”. Es el único momento en el que se mide, a pesar de que, en realidad, hay bañistas —como los propios deportistas— Durante todo el año.

Por supuesto, Surfrider España empezó en cuestión por una encuesta interna que realizó en Barcelona: se preguntaron querían saber y descubrir que lo que más les interesaba sería entender más sobriamente la contaminación de las aguas. Y, así, surfers por un lado —como señala Ballesteros, son muchas las personas que se suman a este voluntariado— e investigadores por otro acabaron uniéndose en este proyecto.

Surfeando para escuchar los oceanos

“No buscamos limpiar el mar, sino estudiar qué plástico hay en él”, indica Uviedo. Es decir, los voluntarios no son una batida de limpieza que se adentra en el agua para recoger desperdicios, sino una avanzadilla que permite compreter que es lo que se oculta sin que lo veamos en las aguas marinas.

Usando las redes, que despliegan peinando una milla náutica en el agua —es como un kilómetro y medio y Ballesteros apunta que lo hacen, más o menos, a la altura en la que en verano se sitúan las boyas que marcan las zonas de baño— , recuperan una muestra de agua. Los voluntarios las toman cada 15 días en unos puntos previamente acordados. Recibirlas cada dos semanas da a los investigadores, como apunta Uviedo, una alta resolución temporal. Pueden hacer un seguimiento muy constante de lo que está ocurriendo en la costa.

surfeando por la ciencia

Hasta ahora los voluntarios recogían muestras solo en las aguas catalanas, pero desde ahora también lo harán en puntos del País Vasco. Tanto Uviedo como Ballesteros reconoce los beneficios que reportará ampliar los puntos de recopilación de datos, al permitir comparar diferentes pools e incluir diferentes puntos geográficos dentro del mismo. Esto es algo que, eso sí, solo podrá hacer cuando tengan acceso a fondos para sostenerlo.

Los surfistas recopilan, pero después las muestras pasan a la laboratorio, donde un equipo de investigadores —Anna Sánchez es la investigadora principal— los usan para escuchar que está ocurriendo en los estanques.

Muchos microplásticos

¿Qué han descubierto los investigadores gracias a estas muestras? “Esperamos cifras altas de microplásticos, pero las hemos visto más altas”, explicó Uviedo. La pérdida de datos muestra que existe variabilidad a lo largo de la costa, y también hay una concentración significativa de microplásticos en las aguas de la cuenca mediterránea analizada. Barcelona, ​​por ejemplo, muestras datos muy elevados. En algunos puntos han llegado a encontrar cantidades similares a las de los giros de mar, esos agujeros negros de la contaminacion maritima. El mal tiempo o los efectos de un espigón en una de las playas impactan también en algunas de las mediciones, haciendo que las cantidades sean más altas.

“Esperábamos cifras altas de microplastiques, pero las hemos visto más altas”

Oriol Uviedo

Coordinador del proyecto Surfing For Science

Por ahora, los datos del País Vasco aún están en el laboratorio. Sin embargo, contar con esa información ayudará a escuchar muchas cuestiones, como si el hecho de que el Mar Cantábrico mar abierto frente al más cerrado Mediterráneo impacta o no en la concentración. Uviedo cree que se encontrarán con distintos tipos de plásticos, y que “los orígenes son distintos”. Las diferentes actividades que ocurren en sus costas impactarán, casi seguro, en el tipo de materiales que llegan al agua.

surfeando por la ciencia

Por diferentes que sean, todos estos microplásticos serán un problema. Lo es “no solo por el hecho de que sea plástico que esté presente”, indica Uviedo, que explica que lo es no solo porque sea “una partícula presente en el mar” —y que, por ejemplo, se la pueda comer un pez , lo que es también un problema serio— “sino también se comportan problemas a nivel químico”. “No solo es el hecho de que sea una partícula de plástico ahí puesta, sino todo lo que comporta esa partícula”, apunta. Los plásticos, señala, contienen aditivos que son liberados en el mar y que descienden a los organismos que están en las aguas —los Animaux, pero también los propios seres humanos— o también funcionan como “reservorios de bacteria”.

“Lo tenemos en la sangre, lo respiramos, está en los peces que comemos…”, enumeró Ballesteros. “Muchas veces en el agua vemos tipos de basuras en la playa, pero nos preocupa también saber lo que no vemos”, añade.

Y, si crees que la cuestión del plástico ha ido en aumento a medida que han pasado los años, entiendes que la foto final se incluye más incierta. Como explicó Uviedo, aunque se hayan puesto en marcha para aumentar algunos impactos de estos materiales, “seguimos medidas produciendo muchísimo plástico”.