«Nos vemos en Valencia en dos o tres días», dijo Novak Djokovic este domingo en rueda de prensa, con la copa de campeón del Abierto de EE.UU. a su lado. El serbio confirmaba así que acudirá a la fase de grupos de la Copa Davis, que se disputa en la ciudad levantina a partir de este martes.
«Iré para jugar con Serbia, después pensaré sobre otros torneos», aseguró a pregunta de TVE sobre lo que queda de temporada, en la que su gran objetivo es conservar el número uno que, tras la victoria en Nueva York, arrebata desde este lunes a Carlos Alcaraz.
Serbia está en el grupo de España, junto a República Checa y Corea del Sur. Los dos mejores pasarán a la fase final, que se disputará en Málaga del 21 al 26 de noviembre.
Pero no habrá duelo entre el serbio y Alcaraz: el murciano, que cayó en semifinales el viernes frente a Daniil Medvedev -a quien Djokovic derrotó en tres sets (6-3, 7-6, 6-3)-, anunció el sábado que renunciaba a la Davis tras su derrota en Nueva York.
«Me hacía mucha ilusión jugar por España la Davis en Valencia, pero tengo que escuchar a mi cuerpo después de una gira muy larga», dijo en redes sociales. «Necesito parar y descasar, físicamente y mentalmente», añadió el tenista, que ha tenido una temporada de pista dura en Norteamérica muy dura. Desde agosto, ha jugado 14 partidos de máximo nivel en Toronto (llegó a cuartos de final), Cincinnati (perdió una final espectacular contra Djokovic) y Nueva York.
«El calendario es muy exigente, todavía queda mucha temporada y ahora me toca recargar fuerzas», dijo sobre su decisión, que cuesta separar de lo ocurrido el año pasado. Al día siguiente de ganar en Nueva York en 2022, Alcaraz voló a Valencia para unirse al equipo español. Poco después, sufrió un desgarro abdominal en París-Bercy que le dejó sin las ATP Finals. A esos problemas físicos les siguió la lesión que sufrió durante la pretemporada y que le dejó sin acudir al Abierto de Australia.
Su ausencia en Valencia evita una posible reedición de un encuentro entre las dos mejores raquetas en la actualidad. Djokovic y Alcaraz han inaugurado este año una rivalidad generacional que ha copado la atención del tenis. El serbio derrotó al español en las semifinales de Roland Garros, con el murciano aquejado de calambres por tensión. Alcaraz se tomó la revancha en Wimbledon, en una final épica a cinco sets. El serbio preparó el terreno para Nueva York en Cincinnati, donde doblegó a Alcaraz en otro magnífico partido. En Nueva York, Medvedev evitó la final soñada, pero todo el mundo del tenis espera que se vuelva a producir el duelo.
«Es muy buena para el deporte que tenga una muy buena rivalidad para Alcaraz», dijo Djokovic tras ganar en Nueva York. «Es una renovación para el tenis, además de un jugador fantástico y muy buen tipo».