‘GH VIP 8’ activa su primer protocolo de abandono y está a punto de perder a uno de sus fichajes estrella tras plantearle un enorme dilema

‘GH VIP 8’ activa su primer protocolo de abandono y está a punto de perder a uno de sus fichajes estrella tras plantearle un enorme dilema

La venezolana acabó abruptamente con su aventura ‘Supervivientes 2014’ a los cuatro días de desembarcar en Honduras. Tres años después la mandaron una semana como fantasma del pasado, pero no estuvo ni un día en los Cayos. Telecinco volvía contar con ella para concursar en ‘GH VIP 6’; de nuevo un intento fallido, dado que abandonó a los dos días.

Tras su paso por ‘Grande Fratello’ parecía haberse resarcido: en la versión italiana de ‘Gran Hermano‘, Marzoli permaneció los cinco meses de concurso y llegó a la final, quedando subcampeona.

12.000 euros por el reencuentro de Oriana y su novio

Sin embargo, parece que Oriana no se adapta a la casa de Guadalix de la Sierra, y según se pudo ver en el video emitido en la gala, ya ha pedido abandonar varias veces. Lo que más ha repetido es que echa de menos a su pareja, Daniele, a quien conoció en ‘Grande Fratello’. «Me hace falta mi novio, yo acabo de salir de este programa entonces mi cabeza está entre eso y mi novio. Mi novio y el programa encima estaban unidos, se me hace muy difícil cambiar el chip por completo. Intento no pensar tanto, te juro que lo intento».

Eso sí, por lo pronto, Telecinco no parece dispuesto a perder a uno de los fichajes estrella de ‘Gran Hermano VIP’. El intento de abandono de la concursante lo frenaron cumpliendo los deseos de Oriana llevándole a su chico de visita a menos de una semana del comienzo del ‘reality’.

El reencuentro, sin embargo, conllevó un duro dilema. Una de las novedades de la presente edición del ‘reality’ de Telecinco es que el premio final de 150.000 euros irá mermando si los concursantes deciden disfrutar de pequeños y grandes privilegios que les van ofreciendo. El precio de una visita de tres minutos de Daniele a Oriana costaba nada menos que 12.000 euros, que se descontarían del cheque del ganador. Finalmente no le quedó más remedio que negarse pensando en el bien común, aunque a costa de un monumental ataque de nervios.