Lejos de Itaca
Ni ser un adolescente para el tren europeo, ni una abuela para el cine de los martes: estoy en una edad tonta
Confieso mi debilidad por los trenes; pero no como coleccionista de juguetes o usuaria habitual del AVE a Sevilla o Valladolid. En mi caso, era una especie de viajero ferroviario de categoría romántico-literaria. Una afición que empezó en interminables dilaciones…
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