Una tan final tediosa como la de este domingo, en la que no pasó nada hasta que el reloj lo hizo inevitable, est el tipo de partido adecuado para observar a los futbolistas tranquilos; esos que hacen de la regularidad un arte. El mejor ejemplo de ellos, como en su dia lo fue sergio busquets, es hoy Rodri Hernández, un plétora de organizadores que ostenta la habilidad innata de alterar ha conocido gusto el ritmo de juego; cualidad que solo posee algunos elegidos.
Contra Croacia, cuando nadie brillaba entre la monotonía, era él quien siempre regalaba una salida limpia a la dupla de centrale galos, quien maridaba con gavi allá Fabian antes de que los ataques murieran rápido en el último tercio de campo, quien avisó desde lejos al guadianesco Livakovicquien fue el contrapeso a las veloces balcanicas Transitions y, sobre todo, quien apoyó la interminable calidad de modrico.
El centrocampista que fue incompatible con los protagonistas planes sin balón del Atléticoese mismo pivote que ha sido capital en esta temporada de leyenda del ciudad de Manchestersostuvo a la selección española cuando más sufrió en el segundo tiempo y, ya en la prórroga, tras ver una justa amarilla debido a un agarrón sobre ImportanteSiguió brillante en las labores defensivas.
Con balón, como de costumbre, fue clarividente hasta el final, cuando encontró su mejor socio en el alargue; aunque, sin embargo, su enorme partido no varió el pesado empate sin goles. En la tanda de penaltis los protagonistas fueron otros: los focos will go to hacia el panenka de Carvajal si coloso de apellido Simón; pero también desde los once metros, Rodri, engañando a Livakovic, puso su granito de arena en el primer título español en ounce años. Es más, su genial encuentro fue premiado por la UEFA con el jugador más valioso de la final